Debido a los desprendimientos ocurridos en varias vías el pasado fin de semana, un camionero quedó abandonado durante la noche.

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El cerrado del tramo de la carretera se efectuó por culpa de los desprendimientos ocurridos por una fuerte tormenta. La propietaria del vehículo pesado denunció que las autoridades han dejado a su conductor a su suerte.

El incidente ocurrió a primeras horas de la noche en la carretera de La Aldea, donde fue cerrado el tramo entre El Risco y Agaete.

La temeraria dueña del vehículo tuvo que saltarse los conos de seguridad para llegar hasta el conductor. Quien estuvo retenido por cuatro horas en medio de la lluvia sin poder maniobrar el vehículo de 16 metros.

Fátima Godoy declaró que el chofer de 59 años se encontraba muy nervioso y sin saber qué hacer. Por lo que culpa a las autoridades responsables de no proporcionarle la ayuda oportuna.

El camionero de la compañía Gopefru, circulaba por la vieja carretera de La Aldea, a la altura del kilómetro 10 la tarde del jueves. Cuando Frenó atinadamente tenia al frente un deslizamiento de barro, piedras y agua que le cortaba el paso.

Transportaba tomates aldeanos, hacia Puerto de la Luz en Las Palmas de Gran Canaria para el comercio europeo. Al ver que no podía avanzar, decidió detener el vehículo. Pero debido a la estrechez de la vía, tampoco pudo dar marcha atrás.

Retroceder en esa vía con un camión de esas dimensiones pondría en riesgo su vida y acabaría en una desgracia. Y esperó durante cuatro horas hasta que anocheció para salir de esa odisea.

Desesperada por rescatar al chofer

La angustiada empresaria se contactó con la Guardia Civil de Tráfico. Habló con los responsables de las empresas unidas (de Agaete y de La Aldea) para el mantenimiento de esa carretera. También se dirigió a la Policía Local y a Tomás Pérez, pero no halló solución al problema.

Mientras, la noche se acercaba y el conductor seguía sin poder moverse en condiciones climáticas cada vez peor.

Por mas que sea un conductor experimentado, era muy riesgoso dar marcha atrás. Se trataba de un camión de 16 metros y no de un turismo, en palabras de Godoy. Quien se sintió indignada porque no vio que nadie se moviera al rescate y estaba en riesgo una vida humana.

Desesperada pateó los conos que cerraban el paso y tomó su coche para acercarse al camión. Sorteó piedras y llegó al lugar donde estaba el camionero, aunque con eso estuviera en peligro ella misma.

Sacó al incomunicado chófer porque ya pasaban las siete de la tarde y tenía cuatro horas atrapado.

El domingo volvió para retirar el camión, después de haber llorado de impotencia pensando en que pudo haber sufrido una desgracia.

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