El apagón de España del pasado lunes dejó una huella significativa en distintos sectores, pero uno de los más afectados fue, sin duda, el de la distribución alimentaria. 

En cuestión de minutos, el suministro eléctrico se interrumpió en buena parte del país, afectando tanto la cadena de frío como el funcionamiento de sistemas electrónicos en supermercados, plantas de producción y plataformas logísticas.

En medio del caos, los supermercados se convirtieron nuevamente en protagonistas de una crisis, recordando escenas vividas durante la pandemia. 

Esta vez, la incertidumbre generada por la falta de información y la preocupación por una posible repetición del evento empujaron a muchos consumidores al acopio masivo de productos básicos, alterando temporalmente el equilibrio de abastecimiento.

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El rol de los supermercados tras el apagón de España

Durante las primeras horas posteriores al apagón de España, las grandes cadenas activaron sus protocolos de emergencia. Algunas tiendas lograron continuar sus operaciones gracias al uso de generadores propios.

Mientras que otras se vieron obligadas a cerrar de forma preventiva por la pérdida de refrigeración y sistemas de pago. Las secciones de productos perecederos fueron las más vulnerables.

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Los responsables de supermercados priorizaron retirar rápidamente los alimentos que podían haber perdido la cadena de frío, garantizando así la seguridad alimentaria. Este proceso, aunque efectivo, generó mermas económicas importantes que todavía están siendo evaluadas por cada empresa.

Escenas de acopio y estanterías vacías

Uno de los efectos inmediatos del apagón de España fue el miedo colectivo al desabastecimiento. Esto provocó que muchas personas corrieran a llenar sus carros con productos no perecederos como agua, latas de conservas, arroz, legumbres y papel higiénico. 

En algunas tiendas, estos artículos se agotaron rápidamente, especialmente los de marcas económicas. Las asociaciones del sector, como Asedas, hicieron un llamado a la calma y al consumo responsable, asegurando que no existía riesgo real de escasez. 

Sin embargo, el recuerdo de anteriores episodios de compras masivas —como los vividos durante la pandemia o al inicio de la guerra en Ucrania— volvió a generar tensiones en los puntos de venta.

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Industrias afectadas en la cadena alimentaria

Más allá del comercio minorista, el apagón de España golpeó con fuerza a las industrias de producción alimentaria, en especial al sector cárnico y lácteo. Las organizaciones ANICE y FECIC calcularon pérdidas iniciales de hasta 190 millones de euros por productos decomisados y procesos interrumpidos. 

Algunas plantas, al no contar con sistemas de respaldo suficientes, vieron afectada su producción durante horas cruciales.

La industria láctea también sufrió impactos. Aunque algunas empresas como La Fageda reportaron daños mínimos, otras como Danone tuvieron que detener operaciones hasta la recuperación total de la energía. 

A pesar de ello, la calidad de los productos no se vio comprometida gracias a las medidas correctivas aplicadas con rapidez.

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¿Cómo respondieron las plataformas logísticas?

El transporte de alimentos fue otra pieza clave durante la recuperación. Las plataformas logísticas, fundamentales para el abastecimiento de tiendas, lograron restablecer su actividad con rapidez una vez se restableció la energía.

 Las entregas, aunque con algunos retrasos, llegaron a sus destinos, y los supermercados pudieron abrir con normalidad al día siguiente.

Según fuentes del sector, la mayoría de los comercios estaban operativos 24 horas después del corte eléctrico, lo que evidencia cierta preparación ante este tipo de emergencias. Aun así, quedó en evidencia que una mejora en la infraestructura de respaldo energético podría evitar daños mayores en futuros incidentes.

Mientras las cadenas de distribución trataban de mantener el orden y el suministro, el Gobierno enfrentaba críticas por su falta de claridad ante el origen del apagón de España. Aunque se ha señalado a fallos en la red eléctrica y posibles responsabilidades compartidas entre operadores públicos y privados, aún no se ha ofrecido una explicación concluyente.